La sociedad actual (denominada sociedad de la información, del conocimiento, sociedad del imperio de las comunicaciones, entre otros) marcada por la globalización y la telecomunicación, ejerce una influencia multifacética en el quehacer humano local, nacional e internacional introdujo el término de “Aldea Global” concepto que posiblemente dio origen al término actual de “Globalización” para denominar al actual contexto vivencial donde la tecnología se ha introducido en todos los ámbitos de vida de los sujetos (MacLuhan, 1979: 37).
Por tanto, la educación amerita la generación de valores humanos que formen voluntades colectivas. Vale decir, el actual contexto que se fragmenta desde lo localizado a lo internacionalizado trae diversas consecuencias que sitúan sus fundamentos principalmente en lo educativo. Así se puede ver, por ejemplo, los cambios en las condiciones de vida de la población inmersa en lo que algunos denominan como “mundialización de la cultura” o, y conviviendo con lo anterior, una heterogeneización de identidades que permite la interrelación de diversos estilos de vida, patrones, pautas y valores diversos. (ob. cit., 1979: 39).
Como respuesta a lo anterior, la Declaración Mundial de la Educación para todos la UNESCO en Tailandia reconoció que el saber tradicional tiene valor y validez por sí mismo y la capacidad para definir y promover el desarrollo de la educación, debe ser más pertinente, cualitativa y utilizada universalmente (Delors. 1996: 84).
Esta afirmación reconoce claramente las transformaciones de y en la educación con calidad y para todos. “El mismo sentido será trabajado por la UNESCO en el 2000 en República Dominicana, donde se destacará la lucha contra la exclusión y el diseño e implementación de programas flexibles y pertinentes a las condiciones y necesidades específicas de cada país” (ob. cit., 1996: 86).
En este sentido, la Dra. Marta Martínez Llantada determinará para el tiempo postmoderno, el siglo XXI, los siguientes diez valores específicos para la formación ciudadana:
“…el amor al trabajo, a su patria, la familia, la honestidad, la solidaridad y la cooperación, la justicia social y la disciplina, la responsabilidad ante el futuro y la necesidad de participación consiente en los destinos del país” (Llantada, M., 2003: 41).
Lo anterior permitirá la constitución del “ser creativo” altamente eficiente y congruente con la época que le tocó vivir y a la cual debe corresponder a partir de la transformación del medio, ya que éste presentará una serie de características generales y particulares (denominados también rasgos) como la: Originalidad, curiosidad, pensamiento divergente, espontaneidad, flexibilidad, sensibilidad, productividad, libertad, perseverancia, excentricidad, capacidad para descubrir lo nuevo, de ver nuevas relaciones, temeridad para desafiar lo complejo, capacidad para reestructurar las cosas, eficacia, tenacidad, gusto por el cambio e independencia.
Las anteriores características o rasgos se desprenden y/o se relacionan de los pilares básicos presentados por la UNESCO para el siglo XXI (1998) en la Declaración Mundial sobre la Educación Superior para el siglo XXI: Visión y acción, en los que se presenta como principios del contexto mundial los siguientes aprenderes: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser (Delors. 1996: 96).
Para concluir con esta meditación posmoderna sobre los valores humanos vale presentar la Carta de la Tierra y los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas, la cual fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su sede de New York del 6 al 8 de septiembre del 2000 con el nombre de Declaración del Milenio, que en su título I Valores y Principios (acápite 6) considera que los siguientes seis valores humanos fundamentales son esenciales para las relaciones internacionales del siglo XXI: la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, el respeto por la naturaleza y la responsabilidad común.
Finalmente, en tiempos postmodernos los valores humanos son un factor central en la educación y ello apertura (con una complejidad cada vez más creciente) profundas reflexiones en escuelas y comunidades locales, nacionales e internacionales para que los mismos permitan la construcción de una vida íntegra en el actual entramado social.
Autor: Gualberto Tein Alanoca
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