¿Has hablado con tus hijos últimamente? De seguro, si lo hiciste, estás familiarizado con aquello de lo que suelen hablar: videojuegos. Cheats, mods o bloqueos… claramente escuchaste sobre ellos, pero quizás todavía no tienes idea de lo que significan.
Toma por ejemplo a Minecraft, un juego muy popular que te permite disfrutar de una variedad de actividades, incluyendo construir castillos, explorar áreas desconocidas y cavar tus propias catacumbas. ¿Cuánto sabes realmente de esto?
¿Te sorprendería saber que puedes hacer todo eso sin un fin u objetivo específico o que se ha convertido sorprendentemente en el tercer juego más vendido en la historia (70 millones de copias vendidas en todas las plataformas)? Es extremadamente popular, y la lista de usuarios registrados asciende ahora a 100 millones, la mayoría de ellos adolescentes de entre 15 y 21 años (el 43,7%).
Si bien todo esto es fascinante, hay otras cosas más importantes de las que ser consciente, especialmente si eres padre o adulto responsable de un niño. Siguiendo el caso de Minecraft, es uno de los juegos que puede jugarse en vivo, es decir, online. Cualquier entorno de gaming como este, compuesto por un gran número de jugadores anónimos, conlleva riesgos.
Por ejemplo, es realmente fácil para los cibercriminales o incluso abusadores sexuales infiltrarse entre los gamers inocentes que solo están allí para jugar y divertirse. Actuando como un par de los menores, estos individuos sin escrúpulos pueden obtener información personal de tus hijos como contraseñas y datos de tarjetas de crédito, así como manipularlos para que hagan cosas que normalmente no harían.
Los adolescentes, al ser más independientes, podrían no saber qué está pasando y no buscar discutir sus preocupaciones con sus padres. De todas formas, esto no debería evitar que tú los ayudes activamente a evitar las posibles trampas antes de que se salgan de control. Esto es lo que puedes hacer.
Primero, asegúrate de que solo usan dispositivos seguros para jugar, que tengan una solución de seguridad instalada y actualizada que funcione en todo momento sin interrumpir la funcionalidad de sus juegos. Esto no solo aplica para la computadora de escritorio del hogar o su laptop personal, sino también para sus smartphones y otros dispositivos móviles.
Segundo, explícales que jugar versiones pirata de un juego es buscar problemas. A pesar de que muchas de ellas pueden ser más económicas o incluso gratuitas, es probable que vengan infectadas con malware. Busca formas en que puedas ayudarlos a comprar el juego original, ya que, después de todo, algún monto de dinero extra valen la seguridad y tranquilidad que implica una versión auténtica.
Tercero, si quieres asegurarte de que los canales de comunicación se mantengan abiertos, aún con hijos adolescentes, considera invertir en soluciones de control parental. Hay mucho más detrás de estas herramientas que la mera imposición de límites a los niños, que es como podrían verlo desde su perspectiva. Aplicaciones de este tipo pueden alentarlos a pedir permiso para jugar determinados juegos, cuyos detalles puedes negociar. También facilita el bloqueo de sitios web que podrían ser riesgosos o mostrar contenido inapropiado.
Finalmente, sigue hablando con ellos. Deja en claro que no todos a los que conocen en línea, especialmente en juegos online y foros, son realmente sus amigos. Si es posible, los niños deberían jugar solo con personas que conocen; de lo contrario, enséñales a ser muy cuidadosos respecto a con quién habla y presta atención a las señales de alerta – tales como ofrecimientos de compartir información personal y extender relaciones por fuera de los juegos. Recuerda: jugar y divertirse con la tecnología es posible, solo debes tomar los recaudos necesarios para poder disfrutarla.
Autor: Gualberto Tein Alanoca
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